#28: Haciendo ejercicio
A todos nos ha pasado. Ves esa nueva y reluciente máquina de ejercicios en la televisión y, de repente, estás convencido de que es la clave para ponerte en forma de una vez por todas. Lo pides, llega y lo instalas con la máxima determinación. Te dices a ti mismo que llegó la hora, que es el comienzo de tu nuevo viaje de fitness. Pero una semana más tarde, la nueva máquina no es más que una percha glorificada.
Tu ropa de entrenamiento cae sobre ella, tu perro la usa como cama y ni siquiera recuerdas la última vez que sudaste. Demasiada motivación, ¿verdad? Quizás la próxima vez debamos quedarnos con el método de salir de casa para hacer ejercicio. O, ya sabes, podríamos aceptar el teleadicto que llevamos dentro.