#8: Nadar en el océano es genial
Nadar en el océano es una forma estupenda de refrescarse, relajarse e incluso ver peces únicos. Pero admitámoslo, en cuanto te metes en el agua, básicamente estás nadando en una piscina comunitaria gigante. De repente, hay traseros y piernas de otras personas en tu cara, y haces todo lo posible para evitar agarrar accidentalmente el brazo de alguien en lugar de las algas.
Es como intentar moverse por una pista de baile abarrotada, pero sin la ventaja de tener tierra firme bajo los pies. Todos queremos disfrutar de la belleza del océano, pero a veces es difícil hacerlo cuando estás rodeado de un mar de playeros. Tal vez sea hora de optar por la comodidad de una piscina privada o simplemente aceptar el hecho de que nadar en el mar es como jugar a los autitos chocadores humanos.