#27: Entorno de trabajo productivo
Imagina esto: estás sentado en la playa, con el móvil en la mano y las olas rompiendo de fondo. Parece un sueño, ¿verdad? Bueno, piénsalo otra vez. Trabajar desde la playa puede parecer la mejor opción, pero seamos realistas: no todo es color de rosa. La arena se mete en el teclado, el resplandor del sol hace que sea imposible ver la pantalla, y ni hablar de la conexión Wi-Fi.
Y no nos olvidemos del riesgo de quemaduras solares: nada grita “soy un profesional” como presentarse a una reunión con cara de tomate maduro. Así que, aunque la idea de trabajar desde la playa puede sonar increíble en teoría, en realidad es tan práctica como ir en bikini a una reunión de la junta directiva. Quédense en la oficina, amigos.