Nos vemos luego, cocodrilo
«Hazle caso a tu instinto siempre, aun cuando no puedas respaldar tus decisiones de manera completamente lógica. Hace poco, estábamos viajando por Costa Rica. Sabíamos que había cocodrilos en la zona oeste de Bahía Ballena y hablamos con los habitantes del lugar para que nos comentaran los peligros del lugar. Colocamos nuestra tienda en la playa, cerca de un barranco. Sé que los cocodrilos a menudo se ven como troncos y que se quedan quietos hasta que llega el momento de atacar. Continúo mirando y no puedo ver nada. Tenemos una niña pequeña, así que le digo que se aleje. No me puedo calmar, así que saco el teléfono para buscar en Internet si hay cocodrilos en esta zona. Internet dice que no se ha visto a ninguno en 10 años. Aún así, no me puedo calmar. Entonces, le digo a mi familia que lo siento y que no quería arruinar el día de playa, pero que no podíamos quedarnos ahí. Nos fuimos y decidimos hacer algo distinto. …
… Dos días después, estábamos en un restaurante y vimos en las noticias que un niño de 8 años había sido atacado por un cocodrilo en esa playa. Casi vomito al verlo. No te puedo decir si era el lugar exacto en donde estuvimos porque es una playa muy grande, pero no me importa. Podría haber sido mi familia. No soy de esas personas que se asustan con facilidad; así que, cuando se despierta mi intuición, hablo conmigo misma por dentro, me obligo a escuchar y no intento racionalizarlo para ignorarlo. Mi esposo confió en mí por completo y no se quejó ni minimizó lo que me pasaba, algo que me hace sentir muy feliz. Él es tan bueno».