Extraño peligroso
«Debo haber tenido alrededor de 10 o 12 años cuando pasó esto. Una tarde, estaba volviendo a casa luego de dar una vuelta por el barrio, que solía ser bastante seguro, agradable y tranquilo. Estaba a la vuelta de mi cuadra (cerca de las casas que estaban detrás de la mía), lo que no era un problema porque había un parque que atravesaba la manzana y conectaba todo. Entonces, para llegar ahí, no tenías que dar la vuelta a la manzana; por ende, estaba solo a unas casas de distancia de mis padres. …
… Atravesé el parque sin prestar mucha atención cuando, a mitad de camino, un tipo que no conocía, era notoriamente mayor que yo y usaba una sudadera con capucha comenzó a llamarme: “Chico, ven aquí, será solo un segundo”. Le respondí: “Em, ¿qué quieres?”. Me dijo: “Acércate, solo quiero preguntarte algo”. Le contesté: “Bueno, pregúntame desde ahí”. Siguió insistiendo: “No, no, acércate, por favor”. Me mantuve firme: “No, dime desde ahí”. En este punto, otro hombre que estaba sentado al lado suyo se enoja y lo escucho decir: “Eso es todo”, y ambos se paran rápidamente y comienzan a caminar en mi dirección. Mi instinto me dijo que saliera corriendo como si mi vida dependiera de ello, y eso hice. Al día de hoy, todavía no sé si me iban a robar, si solo me estaban gastando una broma o qué estaba pasando, pero esto de verdad asustó a mi pequeño yo».