Amigos imaginarios
«De niños, mi hermana tenía una amiga imaginaria. Decía que era una mujer anciana, que era agradable y que su nombre era EE. Conversaba, jugaba y todas esas cosas con ella hasta que cumplió los 4 años, más o menos. Avanzamos a cuando mi hermana tenía alrededor de 10 años. Mi mamá no estaba en casa; había recibido una llamada del asilo porque le había pasado algo a mi abuelo y se había ido con papá. Mi hermana y yo compartíamos cuarto en ese entonces, y ella estaba ahí, haciendo algo, mientras yo estaba en la otra punta de la casa. …
… De repente, escucho que alguien enciende la radio de nuestro cuarto, le sube todo el volumen, lo baja y, luego, la apaga. Esto pasó como tres veces; así que, voy para decirle a mi hermana que deje de hacer eso, pero resulta que está sentada en el dormitorio, pálida como un fantasma. Me acerco a la radio para desconectarla…, no está enchufada. No tiene baterías…, y es la única radio en la casa. La miro y me dice: “Fue EE. La vi, fue EE”. Entonces, llamo a mi madre, muy asustado, y ella está muy molesta… Aparentemente, mi abuelo había muerto. Un par de días después, en el funeral, una pariente viene hacia nosotros y nos da una foto que encontró. Mi hermana dice: “Oye, esa es EE”… Era una foto de mis abuelos en su casamiento. Mi abuela murió cuando mi mamá tenía 11 años. Vivimos en la casa donde ella creció. No tenemos fotos de mi abuela porque la actual esposa de mi abuelo las tiró todas cuando se mudó a la casa un par de años después de la muerte de la madre de mi mamá».