Mi canción favorita
A todos se nos ha pegado una canción a la cabeza alguna vez, ¿verdad? Al fin y al cabo, la mayoría de las canciones populares se escriben para ser pegadizas y adictivas. Sin embargo, es posible obsesionarse tanto con una canción al punto de superar el nivel habitual de adoración. Una persona compartió que su cerebro con TDAH se obsesiona con las letras de las canciones, y termina cantándolas una y otra vez.
A veces llega un punto en el que empiezan a cantar la letra de la canción en voz alta y sin parar. Como puedes imaginar, esto puede llegar a ser bastante molesto para todos los implicados. Muchas personas neuro divergentes se hiperfijan en las canciones por los patrones predecibles o las letras. Puede ser reconfortante conocer ya el patrón de sonidos de una canción, por lo que se les queda grabada en la cabeza con mucha más intensidad que a otras personas.