#31: Simplemente flota
Los profesionales siempre están diciendo a la gente “que no cunda el pánico” en situaciones de emergencia. Aunque es más fácil decirlo que hacerlo, es un consejo que vale la pena. No pensamos con claridad cuando entramos en pánico, lo que puede llevarnos a tomar decisiones equivocadas y a resultados potencialmente perjudiciales. Aunque dominar el pánico durante una situación de emergencia requiere práctica y entrenamiento, vale la pena intentarlo.
Una forma fácil de evitar que cunda el pánico es meterse en la cabeza los datos y procedimientos de seguridad para que se conviertan en algo natural. Por ejemplo, si te encuentras en una situación de ahogamiento, es importante dejar de agitarse, controlar la respiración e inclinarse hacia atrás. Estas acciones te ayudarán a flotar hacia la superficie. Mantener la calma también puede darte más tiempo para decidir qué hacer a continuación.