#2: No te olvides las uniones de los conductos
Imaginemos lo siguiente: los conductos, ocultos en el ático o en el sótano, empiezan a caerse como un girasol cansado con el calor del verano. Las uniones se aflojan, y eso crea una vía de escape para tu preciado (y costoso) aire acondicionado. Se esconde en los rincones polvorientos del ático o del sótano, mientras que las zonas habitadas permanecen intactas. ¿El resultado? La factura de la luz empieza a subir, al igual que la temperatura de la sala de estar.
Revisar las uniones de los conductos regularmente es crucial para mantener un rendimiento eficiente de la calefacción, ventilación y aire acondicionado. Las fugas o las conexiones sueltas pueden provocar un derroche de energía, una reducción de la calidad del aire interior y una calefacción o refrigeración irregulares. Una revisión y un sellado a tiempo garantizan un flujo de aire, un confort y un ahorro energético óptimos en tu hogar.